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Eddie El Águila Edwards

La pasión por un deporte que obligó cambiar las reglas del olimpismo.

En los próximos meses se va a presentar una película sobre un peculiar saltador de esquí que obligó a cambiar las reglas de los Juegos Olímpicos. Su nombre, Eddie el Aguila.

No se si habreis oido hablar de el, Eddie El Aguila Stewards, así que os vamos a contar un poquito sobre su historia y como consiguió su sueño y ser un heroe para muchos.

En la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Calgary (Canada) en 1988, Samaranch, entonces presidente del COI, decía ante los micrófonos: “En estos Juegos algunos atletas han ganado medallas de oro, otros han batido récords y uno incluso ha volado como un águila”. No pudo seguir. Miles de gargantas prorrumpieron en un grito unánime: “¡Eddie, Eddie!”. ¿A quién se referían?

Esa mención concreta a un deportista fue el epílogo de la historia de un hombre singular que un día soñó con ser olímpico pese a no dar el tipo ni de lejos.

Michael Edwards, nacido en 1963 en Cheltenham y más conocido como Eddie El Aguila, era un trabajador del yeso bajito, de más de 80 kilos, que arrastraba una miopía cojonuda y las pertinentes gafas de culo de botella. Viendo la televisión quedó enamorado de los saltos de esquí y tomó su decisión: él también lo haría. Con tres pares de calcetines para ajustarse las botas de nieve y unos esquíes prestados dedicó un par de años a darse trompazos tirándose desde lo alto de autobuses de dos pisos desguazados.

Siendo el único británico practicando esta disciplina deportiva con tradición cero en las islas, Eddie consiguió que el Comité Olímpico de su país aceptase su participación en los Juegos de Calgary ’88. Primero compitió en el mundial del 87, donde fue último: su salto apenas un tercio de la distancia del ganador. Pero la extraña gesta despertó las simpatías de prensa y aficionados y así pudo contar con patrocinadores y medios con que seguir entrenando. Eso sí, igual que antes, carecía de las cualidades más elementales para cualquier práctica deportiva.

En las olimpíadas blancas de 1988 en Calgary, Eddy EL Aguila se convertía en el primer competidor de la historia en representar a Inglaterra en saltos de esquí. En vez de ejecutar el salto con la elegante y aerodinámica posición de un saltador nórdico, Eddie agitaba los brazos cuando iba en el aire para no perder el equilibrio y con ese aleteo se ganó el apodo de “el águila”.

Aunque la gente pensaba seriamente que acabaría rompiéndose la crisma -él mismo confesó que antes de cada salto temía que fuese el último- lo cierto es que salió ileso. De un total de 56 participantes quedó en el puesto 55 (el 56 fue descalificado) con menos de la mitad de la puntuación de los vencedores; sin embargo la expresión de unos ojos vivarachos tras el grueso cristal de las gafas empañadas y el desparpajo con que paseó su rídícula estampa de atleta habían conquistado el cariño del público canadiense y regresó a Inglaterra vestido de héroe.

Tanto algunos atletas como el propio COI consideraron que la peripecia de Eddie era, aparte de algo burlesca, un peligroso precedente y temiendo que el ejemplo cundiera se creó en 1990 una regla especial precisamente conocida ahora como “Eddie the Eagle Rule” (“la Regla de Eddie el Aguila”), que obliga a los atletas a participar en competiciones oficiales a nivel internacional y a clasificarse por lo menos una vez dentro del 30% de los primeros 50 competidores. Cuando Eddie posteriormente quiso presentarse a los JJ.OO. de Albertville ’92 y Lillehammer ’94 ya existía una norma que llevaba su propio nombre y que le cerraba las puertas en las mismas narices. Verdaderamente paradójico.

De todas formas para entonces un tío más listo de lo que aparenta había aprovechado que no se exigía marca mínima para acudir a unas Olimpiadas y con ello se marcó un viajecito a Canadá con todos los gastos pagados.

En muy contadas ocasiones los “perdedores” alcanzan una gloria más elevada que los propios triunfadores y nuestro personaje supo estirar muy bien su buena suerte: hizo publicidad, asistió a infinidad de programas y eventos, se editó una biografía suya, tuvo programas de radio… incluso grabó una canción llamada “Fly Eddie fly” (que llegó al Top 50 inglés) y un par de canciones en finlandés, una de las cuales, “Mun niemi en Edtu” (“Mi nombre es Eddie”) llegó al número 2 en Finlandia. Luego fundó una compañía de vuelos chárter llamada “Eagles Airlines”.

Dicen que Eddie es un tipo simpático y sin complejos que a las primeras de cambio se pone a cantar.

11 Comentarios. Dejar nuevo

  • Miriam Chavez Vega
    4 enero, 2019 1:20 pm

    Es un ejemplo lleno de buenos valores, que la juventud actual debería admirar.

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    • Un verdadero ejemplo, del espíritu deportivo de participar y representar a su país y no buscar los millones, otra época del deporte.

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    • Carlos Sánchez
      29 noviembre, 2020 2:41 pm

      El fracaso de los busca fama, de los formados en la intolerancia es la digna gloria de los que atesoran sus mínimas posibilidades en el umbral de la gloria. Vuela eterno con tus alas mínimas señalando el cielo. Vuela altivo ejemplo del retorno de los desterrados y si alguna vez los celestes héroes.

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  • Mauricio Troncoso
    4 enero, 2021 8:09 pm

    Muy linda historia, a pesar de todos los obstáculos que tenía, salió como un héroe digno de imitar vuela alto Eddie famoso águila

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    • Es un gran ejemplo de superación. Él no vio como obstáculo el daño en su vista al contrario siempre tuvo una meta y la logró alcanzar. Yo quisiera tener la determinación de personas como él que no desfallece sino que siguen adelante

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  • leonor nussbaum
    13 febrero, 2021 7:21 pm

    Un genio de perseverancia, que nunca escucho las voces negativas

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  • Un ejemplo a seguir en una juventud perdida por la falta de incentivos del deporte
    Admirable su lucha y entereza

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  • Juan de francisco ortiz.
    13 marzo, 2022 3:01 pm

    La tenasida y la confianza en si mismo Lo llevaron. A la gloria.

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  • vi la pelicula, y lei sobre su historia, realmente un luchador que no bajo los brazos ante las adversidades que le imponian, dejo ver que cuando se quiere se puede, tuvo una familia que a peser de la opocision del padre, su mama fue su fiel compinche que lo apyo en todas sus decisiones … muy buena historia de superacion

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  • Verdadero espíritu olímpico…

    Responder
  • es un hombre lleno de superación, que se quito las etiquetas de enfermo y un «tu no puedes» para demostrarse así mismo que el era capaz y se cumplió, tal fue su grandeza personal que cautivo a los demás, no fue un payaso, ser el mejor no te hace ser grande como persona, él lo logro

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